viernes, 26 de marzo de 2010

Mi "núcleo familiar"

A casi dos meses de vivir en San Sebastián, con un grupo de mexicanos que hasta hace poco eran perfectos desconocidos, he comprobado la importancia de mantener una buena relación con los compañeros de piso. A primera vista, lo anterior puede parecer bastante obvio, pero verdaderamente es un factor determinante en la experiencia del intercambio.

De un momento a otro, pasé de vivir con mamá, papá y hermano (con quienes he estado toda la vida) a formar parte en un grupo de tres chicas y dos chicos, todos distintos, con mentalidades y actitudes diversas, pero reunidos con el objetivo común de disfrutar nuestra estancia en el País Vasco. Como diría mi profesor de audiovisual: somos integrantes de un “núcleo familiar”.

Debo reconocer que me siento muy satisfecha con mis roomies: respetamos nuestros espacios y pertenencias, cooperamos con los deberes del hogar, salimos juntos de vez en cuando y procuramos la convivencia en algún momento del día. Y soy afortunada, porque no todos los Erasmus han corrido con la misma suerte: unos tienen conflictos con sus compañeros, otros no logran organizarse para realizar las tareas caseras, o simplemente no hay interés de los miembros para entablar una relación.

Naturalmente, hay momentos en los que nosotros tampoco concordamos del todo, pero siempre está la disposición de hablar para entendernos y mejorar la convivencia, y eso es lo más sobresaliente. Tratamos de que el llegar a casa sea un motivo de gusto, y al parecer lo estamos haciendo bien.

Tay, Benjamín, Ana, Chuy y yo cohabitamos, sí, pero también convivimos, aprendemos, toleramos y nos adaptamos. No somos ni seremos iguales, pero compartimos ese sentido de pertenencia a un mismo núcleo, ubicado en un segundo piso de la calle San Martín.

1 comentario:

  1. yo también estoy feliz por el núcleo familiar que formamos :) veenga rooomie!

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