domingo, 18 de julio de 2010

La Sagrada Familia


Los últimos días en Donosti fui la agregada cultural de este gremio de erasmus, entre mexicanos y chilenos, habitantes de la calle Sagrada Familia. Cuando pensé que la aventura en el extranjero estaba casi terminada, tuve la oportunidad de añadir este capítulo anexo: la odisea de vivir junto a otras seis personas, en un pequeño pero acogedor piso, sin agua caliente pero con mucha calidez en el trato entre unos y otros.

Fueron días peculiares: se atravesaba el mundial, continuaban las despedidas de amigos, los paseos estaban impregnados de un aroma nostálgico, pero siempre predominó la diversión y la buena onda. Alexa, Kris, Rodrigo, Eduardo, Moni e Itzel me regalaron un final feliz en mi historia en San Sebastián. ¡Gracias, po!

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